El poemario, constituido por 26 poemas, indaga en los misterios del comportamiento humano, aquellos factores que lo gatillan, la forma en que la ciencia da cuenta de ellos y claramente del vínculo posible entre ciencia y poesía: ambas en ronda y el misterio al centro. “El propósito de la ciencia / No es curarnos de la sensación de misterio / El propósito de la ciencia / Es reinventar esa sensación / Constantemente” (del poema “Stranger”). También se hace referencia a conceptos como el libre albedrío, la depresión, el maternés, la agresión y el genocidio, la empatía o el amor romántico de modo tal que suscita una profunda reflexión sobre sus alcances, muchas veces de un modo provocador: “Ahora imagina que alguien está pasando una navaja / Entre los dedos de tu hijo pequeño. // Quizás sentiste algo parecido al dolor / Precisamente en ese lugar sin nombre / Que incluye the anterior cingulat / O el cíngulo anterior / Que es esa parte de nuestro extraño cerebro / Clásicamente mamífero / Pero vanguardísticamente humano / Que se activa para evaluar el dolor / Cuando efectivamente te cortaste con una hoja de papel entre los dedos / Pero también ahora que acabas de imaginarlo / E incluso cuando imaginas que le sucede / Al que amas” (de “Methafores”).
De allí que la figura de Robert Sapolsky, científico y escritor, catedrático de biología y neurología en la Universidad de Stanford e investigador asociado al Instituto de Investigación sobre Primates en el Museo Nacional de Kenia, sea central. El pensamiento de Sapolsky es central en el poemario por cuanto el hablante, el poeta Pedro Araniva Pavian, construye una reflexión en permanente diálogo -reforzado por la inserción de fragmentos y títulos de poemas en inglés- con la obra científica de Sapolsky y sus conclusiones, por ejemplo, el rol del estrés y su función en el mundo animal y sus consecuencias en el nuestro: “Respondemos al mismo estrés mamífero / Que surge en medio de una desesperada carrera por la sabana / Cuando en medio del taco / A la hora peack / Sabemos que seremos despedidos / De nuestro trabajo / Al llegar a la oficina / Quizás dos semanas antes de navidad” (de “Exactly the same machinery, completely novel ways”).
La poesía de Cristian Geisse presenta un elemento común: la experimentación mediante lo “neo-apocrifo” que permite la movilidad en el espacio limítrofe entre ficción y realidad, así es como en los libros Los nortes que hay en el norte (Cinosargo, 2014) y Tres poemas (Hebra, 2015) se antologuen poetas inexistentes “llenos de vida”, como el propio Araniva.
«¿Qué ha estremecido las neuronas y el impulso cognitivo de Cristian Geisse al tramar esta singular y lúcida colección de poemas? Aquí el autor da saltos a través de la noche iluminada por los destellos de la conducta humana, mientras comenta y repasa los datos obtenidos por las investigaciones de Robert Sapolsky, neurobiólogo y endocrinólogo nacido en Nueva York, una tarea que realiza mediante el extrañamiento de un juego apócrifo y epigramático en el que le da voz a Pedro Araniva Pavian, su doble alucinado, quizá su álter ego. Este nuevo y doble autor se adentra en la deriva reflexiva y perpetra el baile dilucidatorio del misterio conductual atribuido a esa especie mamífera donde, no cabe duda, nos hallamos los humanos.» Bruno Montané Krebs
Imagen de cubierta: Doppelgänger en San Francisco. Intervención digital de Cristian Geisse Navarro.
Epílogo: Bruno Montané Krebs
Diseño de cubierta: Taller Bordelibre – Paloma Cancino
Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, Convocatoria 2022. Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio