Peso | 0.149 kg |
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Dimensiones | 24 × 0.3 × 24 cm |
Publicado en 2015
Subtotal: $11.500
Peso | 0.149 kg |
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Dimensiones | 24 × 0.3 × 24 cm |
Publicado en 2015
Daniel Odier enseñó tantrismo en varias universidades de Estados Unidos antes de crear el Centro Tantra / Chan de París, donde trasmitió las enseñanzas recibidas de la yogini Lalitâ Devî, su maestra cachemiriana. Odier nos invita a recorrer esta via mística viva, que se basa en la recuperación de una conciencia absoluta innata y se expresa en la espontaneidad del éxtasis. |
Esta recopilación de poemas, crónicas, cartas, revistas y manifiestos de Huidobro, realizada por el profesor José de la Fuente, se convirtió desde su publicación, en 1993, en uno de los libros predilectos de los lectores del fundador del creacionismo. Lejos de mostrarse secundario o marginal en estos textos contingentes, emerge en ellos el Vicente Huidobro profundo: el poeta millonario, el político fantástico, el polemista despiadado. |
Autor: Ludwig Zeller
Sueños del Contrabando es un libro que invita a «descifrar» la escritura y visualidad desplegada en los cuatro libros publicados por Zeller en la década del sesenta: A Aloyse (1964), Las reglas del juego (1968, con ilustraciones de Susana Wald), Los placeres de Edipo (1968, poemas y collages) y Siete caligramas recortados en papel (1969).
Jorge Polanco, autor del prólogo, señala: «Se percibe un cierto impulso utópico que recorre los terrenos de un umbral; Zeller experimentó diversos recursos y procedimientos, unió sus investigaciones antropológicas de la psique al trabajo de arte; y aquello se nota en el verso largo, a través de metáforas que merodean y yuxtaponen escenas disímiles siguiendo la ruta surrealista. Bajo esta perspectiva, el actual libro muestra un formato literario en proceso, porque la relación entre textos e imágenes podrían perfectamente salir de este rectángulo y convocar otras experiencias del espacio». De este modo «No hay subordinación de lo visual a lo literario, o lo literario a lo visual, en esta dialéctica entre texto e imagen. “No existe equivalente en las palabras”, pero sí expansión».
El libro cuenta, además, con unas Notas de Diego Sanhueza
Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, Convocatoria 2019.
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.
“Pompeya”, en palabras del dramaturgo, fue escrita en un período de cuatro años aproximadamente y fue estrenada el 2017. Una textura cruda, ruda, dura y violenta da sustento a las palabras de Leila, Suzuki, Beyoncé y el maricón Lucho. Sus voces son las voces de las y los excluidos, las travestis y el maricón. Un universo plagado de transas en las esquinas, en el que se vende la tele para comprar cocaína, riñas callejeras por el territorio que, al fin y al cabo, no es de nadie. Se siente en este espacio el odio entre chilenas, colombianas, ecuatorianas y peruanas; y se patentizan las muertes, muchas muertes que quedan impunes, porque tal como dice Leila, la más rabiosa de las travestis: “Los pacos no van a mover el culo. Pa’ ellos una trava desaparecía no es ni una hueá […] Somos pobres y putas, si no hacemos justicia por nuestras manos, nadie va a hacerla”.
Texto de Maritza Farías Cerpa |