Peso | 0.226 kg |
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Dimensiones | 13.5 × 1.1 × 21.3 cm |
Publicado en 2016
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Pinochet Boy es una novela generacional sobre niños moldeados bajo la dictadura de Pinochet, inoculados por la fantasía de los Chicago Boys y despojados del acceso al Chile niquelado del nuevo siglo. Con desbordante talento para captar los ripios y relieves de la naturaleza humana, Rodrigo Ramos Bañados construye un relato del Chile actual, visto a la luz de sus contrastes. |
$5.000
Peso | 0.226 kg |
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Dimensiones | 13.5 × 1.1 × 21.3 cm |
Publicado en 2016
Autor: Héctor Álvarez Godoy.
“Uno de los elementos más interesantes de su dramaturgia es la fidelidad a sus orígenes; todas estas obras nos traen recuerdos, fragmentos, pedazos de historias sobre el “Norte Chico”, de los que hemos escuchado rumorear. Y sin embargo, siendo este el hilo que une las cuatro historias aquí representadas, resultan entre ellas eclécticas y diversas en sus paisajes, personajes y relatos.
El autor, aparece como un verdadero antropólogo de la lengua nortina; escribe diálogos donde los modismos e imágenes nutren de realidad y de verdad el relato dramático. Es como si él mismo hubiese estado parado de niño en esas cocinas, entre mujeres y sirvientas, en los valles secos, entre pastores tomando mate, apeando sus burros y mirando ese cielo azul tan grande del norte chileno, como si las travestis coquimbanas fueran sus amigas y confesoras, tanto como para saber tan bien cuales son los profundos deseos de sus almas.
La presente selección nos comunica y conecta con una memoria regional que pone en discusión el concepto de identidad en tanto nos hace preguntarnos ¿qué somos si también somos esto que no conocíamos? Si bien los textos son primeramente bitácoras de ensayo, remarcan sin duda, lo social como un compromiso personal asumido por el autor, quien milita apasionadamente en cada uno de ellos”.
Prólogo: Cristóbal Pizarro Schkolnik. Actor de la Universidad de Chile (2009) y Master en Escritura Dramática (2015), por la Royal Central School of Speech and Drama de Londres, Reino Unido. Traductor y director.
Imagen de portada: Ricardo General.
2021. En La pajarera Eduardo Plaza (1982) despliega un admirable abanico narrativo para delinear Coquimbo o, más específicamente, sus recovecos y su imaginería. Un caudillo busca transformar la ciudad en un epicentro del turismo pirata y, a la vez, en un muestrario de todas las potencias del mundo; una celebración anual empuja al frenesí colectivo, pero también a charlatanes y criminales; el guitarrista de una célebre banda de cumbia elige —después de recorrer el país y el extranjero— no moverse del nido; una adictiva investigación advierte la presencia y la negación de los changos como pueblo originario de la bahía; y como telón de fondo, siempre latente y delicado, un cuadro familiar lleno de grietas, fantasmas, giros y rearmes. A medio camino entre la crónica, la novela y el mejor relato periodístico, Eduardo Plaza logra —con sutileza, precisión y un asombroso tino narrativo— una voz que sopla suave, pero, al mismo tiempo, remece mediante un humor punzante y una melancolía tan enigmática como conmovedora. Un libro híbrido, entretenidísimo, apreciable. <>.
“Pompeya”, en palabras del dramaturgo, fue escrita en un período de cuatro años aproximadamente y fue estrenada el 2017. Una textura cruda, ruda, dura y violenta da sustento a las palabras de Leila, Suzuki, Beyoncé y el maricón Lucho. Sus voces son las voces de las y los excluidos, las travestis y el maricón. Un universo plagado de transas en las esquinas, en el que se vende la tele para comprar cocaína, riñas callejeras por el territorio que, al fin y al cabo, no es de nadie. Se siente en este espacio el odio entre chilenas, colombianas, ecuatorianas y peruanas; y se patentizan las muertes, muchas muertes que quedan impunes, porque tal como dice Leila, la más rabiosa de las travestis: “Los pacos no van a mover el culo. Pa’ ellos una trava desaparecía no es ni una hueá […] Somos pobres y putas, si no hacemos justicia por nuestras manos, nadie va a hacerla”.
Texto de Maritza Farías Cerpa |
«Imagino que Jean Giono habrá plantado no pocos árboles a lo largo de su vida. Sólo quien ha cavado la tierra para acomodar una raíz o la promesa de ésta podría haber escrito la singularísima narración que es El hombre que plantaba árboles, una indiscutible proeza en el arte de contar. (…) Y ésa es la conclusión: estamos esperando a Elzéard Bouffier, antes de que sea demasiado tarde para el mundo.»
José Saramago |